Esperanza, nacida en Cajabamba, superó innumerables desafíos como madre soltera al no tener educación completa. A pesar de las adversidades, cumplió sus dos metas: brindar educación a su hija y edificar su hogar. Trabajando en Danper, encontró reconocimiento, y rompió récords en la cosecha de espárragos. Su tamaño es su ventaja competitiva en su labor y, frente a los prejuicios en la sociedad, demuestra determinación. Esperanza es un ejemplo de perseverancia y confianza en uno mismo.